Durante el colegio debo reconocer que no fui una de las alumnas más brillantes, a pesar que siempre traté de esforzarme. En el último año nos hacían pruebas para «recomendar» que carrera deberíamos elegir, al finalizar las mismas pasábamos por evaluación con una psicóloga encargada de dar estas recomendaciones. Desde muy pequeña siempre tuve cierta preferencia hacia las carreras relacionadas a la salud, para ese entonces no tenía una definida, pensé que aquella psicóloga me ayudaría a aclarar mi mente y me podría decidir por cuál elegir. ¡Vaya sorpresa me lleve!
A pesar de aprobar las pruebas, la psicóloga me dijo que no estudiara ninguna carrera de salud, según ella, no tendría la capacidad de culminar una carrera de tal magnitud tan solo por no ser una estudiante sobresaliente, aún la recuerdo decir que si lo intentaba solo haría gastar a mis padres recursos y en definitiva sería una pérdida de tiempo. Fue como un balde de agua fría, luego de aquella entrevista me decepcione a tal grado que pensé que debía renunciar a mis aspiraciones. Afortunadamente soy bastante testaruda e ignore sus «consejos» por completo. Tan solo fui una de sus tantas víctimas, y nos llamaré así porque sus palabras si ejercieron efecto en muchos de mis compañeros, quienes si abandonaron sus aspiraciones. Muchos de los estudiantes que según ella eran los mejores, y sí tenían la capacidad de estudiar lo que quisieran porque todo se les daba de maravilla, ni siquiera lograron un título universitario. Mi camino no fue fácil en un inicio, termine con indecisión el colegio, pero logré encontrar mi camino. Hoy en día soy Cirujana Dental, con máster en Gerencia Hospitalaria, estudios en odontología forense y empiezo el camino como investigadora. Me faltan metas, tengo mucho más que aprender, pero a resumidas, me va bien.
Yo le estimo mucho a los psicólogos, tengo varios amigos que lo son, y de hecho, eso fue una de las cosas que logró la psicóloga truncadora de aspiraciones, la carrera siempre ha sido de mi interés, he aprendido mucho de psicología con mis amigos y he tomado seminarios para brindar una mejor atención a mis pacientes. Creo en los psicólogos y su labor, pero me pareció muy desatinado el actuar de aquella «profesional», lo peor es que son muchos los que pasan por esta situación, algunos chicos quedan realmente afectados por ello y sí son perjudicados en su futuro. Entiendo que su recomendación tal vez este basada en pruebas o calificaciones, pero el rendimiento en un colegio no determina el futuro, y si un alumno desea estudiar algo, considero que se pueden dar esas recomendaciones, hay maneras de hacerlo, ante todo creo que se debería impulsar a que ese estudiante consiga lo que desea, dejar en claro que tal vez le costará, pero no imponiendo que será un imposible. En una época tan difícil y de relevancia para el futuro de cada persona, aunado al caos de la adolescencia, es necesario que todo personal, ya sea docente, psicólogo, así como familia, relacionado con el desarrollo de un adolescente debe brindar apoyo y mecanismos para superar toda dificultad, en lugar de derrumbar las aspiraciones.